
Asume la crisis, es el primer paso.
Lleva una contabilidad diaria de tus gastos, controla claramente tus ingresos y en qué te los gastas, así podrás ajustar recortes sin que te afecten en exceso a tu nivel de vida.
Y piensa que lo más importante no te lo van a poder tocar ni quitar.
Tu libertad, tu familia, ese paisaje que te gusta, unos buenos huevos fritos con patatas, un vino tinto.
Piensa solo en tu crisis, no en la crisis general de los demás, con agobiarte con la tuya ya tienes bastante.
No intentes entender porqué vienen las crisis, tu no tiene la culpa y no puedes hacer mucho por evitarlas. Piensa que son ciclos que cambian en pocos años, incluso a veces en meses. Es cuestión de soportan el tirón. Y de resolver tus problemas. Solo los tuyos. De momento hay que volverse egoísta.
Sonríe y prescinde de todo lo superfluo.