Aprendí a vivir el día a día cuando ya casi no me quedaban años. Hasta entonces todos los días hacía balance y me preparaba el día siguiente, cada hora era la hora programada varios días antes, no dejaba que los tiempos se perdieran, simplemente los organizaba y los tasaba.
Los míos y también los de suficientes personas como para sentirme jodido durante años, cuando me di cuenta de lo mal que había hechos las cosas.
Nunca si se es de buena pasta, se detectan los errores en el momento, porque se evitan o se cambian por otros errores. No se hacen a posta, sabiendo que no están en el nivel correcto. Por eso cuando detectas que las cosas no son como tú creías, te viene la ansiedad y la depresión por los años gastados y los daños practicados sin saber.
Ahora cada día dejo que se gaste a su gusto, no lo fuerzo, hago con él lo que él se deja hacer, no lo organizo más allá que lo suficiente para que se consuma y de paso al siguiente. Me he vuelto un asqueroso antisistema que ha perdido el respeto de todos porque no quiero seguir jugando a perder y a hacer perder a otros.
No se sale nunca del agujero, si acaso se pasa por encima sin caer al fondo, pero sabiendo que cualquier resbalón es grave.
Los míos y también los de suficientes personas como para sentirme jodido durante años, cuando me di cuenta de lo mal que había hechos las cosas.
Nunca si se es de buena pasta, se detectan los errores en el momento, porque se evitan o se cambian por otros errores. No se hacen a posta, sabiendo que no están en el nivel correcto. Por eso cuando detectas que las cosas no son como tú creías, te viene la ansiedad y la depresión por los años gastados y los daños practicados sin saber.
Ahora cada día dejo que se gaste a su gusto, no lo fuerzo, hago con él lo que él se deja hacer, no lo organizo más allá que lo suficiente para que se consuma y de paso al siguiente. Me he vuelto un asqueroso antisistema que ha perdido el respeto de todos porque no quiero seguir jugando a perder y a hacer perder a otros.
No se sale nunca del agujero, si acaso se pasa por encima sin caer al fondo, pero sabiendo que cualquier resbalón es grave.