Hoy vamos a mostrar a un pescador normal ¿normal?.Esa persona que acude con suma paciencia a ponerse delante del río —su trabajo— convencido de que con sus artes será capaz de engañar o convencer a unos peces de su bondad para poder apoderarse de ellos.
Cree en sus posibilidades, en su técnica, en su superioridad contra unos animales a los que no ve mas que cuando ha conseguido el objetivo. Cree que es capaz de engañarlos. Cree en sus propias capacidad para lograr el éxito.
Pero sobre todo es una persona que acude día tras día al mismo sitio, esperando a que tenga éxito su labor, sabe que lo importante no es tanto lo bueno que él es, sino la persistencia, la paciencia y el trabajo del día a día, su dedicación a una labor que para que le reporte éxito debe tener tenacidad.
Sabe que con que acudiera al río unos instantes antes de que pasara por allí el pez con hambre, sería suficiente, pero como no sabe qué momento es ese, debe estar cuanto más tiempo mejor, pescando o intentándolo.
No está perdiendo el tiempo, aunque lo veamos sin moverse hora tras hora, quieto esperando. No está perdiendo el tiempo porque necesita la suma de todos los momentos para que le pille en su posición el pez con hambre que pasa por su lugar.
Puede estar muchas horas, pero si no está en el justo momento en que pase la presa, no habrá servido para nada todo su trabajo.
Sólo tendrá éxito si le dedica a la labor el máximo tiempo posible porque nunca puede determinar cual es el minuto bueno, la acción que desencadenará la consecución del objetivo.
Cree en sus posibilidades, en su técnica, en su superioridad contra unos animales a los que no ve mas que cuando ha conseguido el objetivo. Cree que es capaz de engañarlos. Cree en sus propias capacidad para lograr el éxito.
Pero sobre todo es una persona que acude día tras día al mismo sitio, esperando a que tenga éxito su labor, sabe que lo importante no es tanto lo bueno que él es, sino la persistencia, la paciencia y el trabajo del día a día, su dedicación a una labor que para que le reporte éxito debe tener tenacidad.
Sabe que con que acudiera al río unos instantes antes de que pasara por allí el pez con hambre, sería suficiente, pero como no sabe qué momento es ese, debe estar cuanto más tiempo mejor, pescando o intentándolo.
No está perdiendo el tiempo, aunque lo veamos sin moverse hora tras hora, quieto esperando. No está perdiendo el tiempo porque necesita la suma de todos los momentos para que le pille en su posición el pez con hambre que pasa por su lugar.
Puede estar muchas horas, pero si no está en el justo momento en que pase la presa, no habrá servido para nada todo su trabajo.
Sólo tendrá éxito si le dedica a la labor el máximo tiempo posible porque nunca puede determinar cual es el minuto bueno, la acción que desencadenará la consecución del objetivo.