Poema del palestino Mahmud Darwish


Un metro cuadrado en la cárcel
Ésta es la puerta, y detrás el paraíso del patio. Nuestras cosas, todo lo que nos pertenece se esfuma. 

La puerta es la puerta, puerta de la metáfora, puerta del cuento, puerta que purifica a septiembre, puerta que lleva los campos a la génesis del trigo. 

La puerta no tiene puerta, pero yo puedo acceder a mi salida, enamorado de lo que veo y no veo. ¿Tanta gracia y belleza en la tierra y la puerta no tiene puerta? 

Mi celda no ilumina más que mi interior. Que la paz sea conmigo, y paz al muro de la voz. 

Para alabar mi libertad he compuesto diez poemas, aquí y allí. 

Amo las migajas de cielo que se infiltran por el tragaluz de la cárcel, un metro de luz donde nadan los caballos y las pequeñas cosas de mi madre, el perfume del café en su ropa cuando abre la puerta del día a sus gallinas. 

Amo la naturaleza entre otoño e invierno, a los hijos de nuestro carcelero y las revistas esparcidas por las aceras lejanas. 

He compuesto veinte canciones satíricas del lugar donde no hay espacio para nosotros. 

Mi libertad: ser lo contrario de lo que quieren que sea. 

Mi libertad: ampliar mi celda, continuar la canción de la puerta. 

Puerta es la puerta. 

La puerta no tiene puerta pero yo puedo acceder a mi interior...