Escribir es morir un poco, es entregar lo que hasta ese momento es solo tuyo, es vaciar las entrañas de alegrías, lágrimas o pestilentes bufidos, es quedar a gusto, tranquilo, porque estás listo para seguir fabricando ideas y palabras, seguir recopilando frases babosas o párrafos maravillosos.
Escribir es morir a gusto, porque hay muy pocos que sufren al escribir. Es un acto personal de entrega, benevolente con los demás pero sobre todo consigo mismo.
Quien escribe muere, volviendo a nacer.
Escribir es morir a gusto, porque hay muy pocos que sufren al escribir. Es un acto personal de entrega, benevolente con los demás pero sobre todo consigo mismo.
Quien escribe muere, volviendo a nacer.