Una de las primeras veces que fui a Londres vi en un teatro del centro de la ciudad —pero un local muy normalito— anunciado como actor a John Malkovich, y yo dudé de que en realidad fuera él quien actuaba en aquel local que entendía pequeño para su importancia.
Y sí, era John Malkovich en una obra de teatro, porque es un actor incapaz de estar parado, viviendo de sus rentas del cine.
En estos días ha estado en San Sebastián, ha concedido entrevistas y ha recibido aplausos. Me quedo con su frase de titular.