Preferencia de lectura de los españoles. Qué leemos.


De los datos que proporciona este nuevo Publiscopio de los Libros, me fijaré aquí, en primer lugar, en algunos resultados especialmente significativos respecto a las diferencias lectoras entre varones y mujeres. Desde los años setenta todas las encuestas sobre lectura de libros detectan una práctica más frecuente y más intensa en las mujeres, invirtiendo una pauta secular de diferenciación. Esta encuesta, por supuesto, lo prueba de nuevo; pero además proporciona algunos datos muy significativos respecto a esa evolución.

Actualmente, la proporción de lectoras frecuentes entre las mujeres supera en seis puntos la de los varones: hay entre las mujeres un 36% de lectoras frecuentes frente a un 30% entre los varones. Los no lectores (quienes no leen nunca o casi nunca) son un 52% entre los varones y un 45% entre las mujeres. Pero estas diferencias globales encierran otras más significativas aún por grupos de edad.

Las mujeres y varones mayores (de 60 y más años) se distribuyen según su frecuencia de lectura en proporciones parecidas. Pero en cuanto baja la edad, las mujeres se diferencian más de los varones. Entre los jóvenes (18 a 29 años) hay un 39% de lectoras frecuentes por un 31% de varones; entre los de 30 a 44 años la diferencia es aún mayor: 41% de lectoras frecuentes, diez puntos más que en los varones; entre los de 45 a 59 años hay, como entre los jóvenes, ocho puntos de diferencia (34% entre los varones y 42% entre las mujeres).

Una idea muy difundida que habría que matizar es la de que los jóvenes no leen libros. No es cierto: los datos del Publiscopio, que se refieren exclusivamente a la lectura en el tiempo de ocio, indican que los jóvenes leen sólo ligeramente menos que los adultos de edad intermedia y más que los mayores. Entre los de 18 a 29 años hay un 35% de lectores frecuentes (36% en los de 30-44; 38% en los de 45-59; y 25% en los de más de 60 años); y sólo un 42% son no lectores, menos que en cualquier otro grupo de edad.

La cuestión religiosa

Hay también diferencias significativas –menos conocidas–relacionadas con la ideología. Estas diferencias están mediatizadas en parte por la distinta composición etaria de los grupos ideológicos, con mayor proporción de jóvenes o de mayores en unos que en otros. Pero aunque este factor explique en parte las diferencias, no les resta significación.

En primer lugar, hay diferencias notables según la religiosidad. La diferencia es pequeña entre católicos practicantes y no practicantes: hay entre los practicantes una mayor proporción de no lectores que entre éstos (55% entre los practicantes y 50% entre los no practicantes), pero en los dos grupos la misma proporción de lectores frecuentes (30%). La diferencia, en cambio, es mucho mayor entre los católicos practicantes y los ateos y no creyentes. No cabe duda de que éstos son mucho más cultos, al menos en sus hábitos de lectura. Entre ateos y no creyentes la proporción de lectores frecuentes es del 49%, diecinueve puntos más que entre los católicos. Y la proporción de los no que no leen libros es mucho mayor entre los católicos (52%) que entre los no creyentes (33%).

Por ideología

En segundo lugar, hay también diferencias significativas, aunque menos amplias, según la ideología política. Tomando el indicador del voto, podemos comparar los hábitos de lectura de los votantes socialistas, los del PP y los de los demás partidos.

En conjunto, son los votantes de los partidos minoritarios (IU, UPyD y nacionalistas) los más lectores: son lectores frecuentes un 46%, y entre ellos el número de no lectores representa sólo un 21%. (Aunque los resultados de los tres subconjuntos son menos significativos, por el tamaño más reducido de las muestras, hay que observar que el resultado de conjunto vale, en grueso, para cada uno de ellos). Está claro que los que se apartan del voto mayoritario son, por tanto, si no más cultos, al menos más leídos…

Las diferencias entre los votantes del PSOE y del PP son menores, pero también significativas. Entre los votantes socialistas hay un 34% de lectores frecuentes y un 48% de no lectores; entre los votantes del PP, los lectores frecuentes son un 29% y los no lectores, un 53%. Parece que la izquierda sigue siendo un poco más leída que la derecha.

Una observación final respecto a lo que se lee. En esta encuesta unos 1.800 lectores declaran haber leído durante el último mes unos 2.400 libros, aproximadamente 1,3 libros por persona. De estas 2.400 lecturas algo más de la mitad (53%) se concentran en veintiséis títulos.

Entre esos veintiséis títulos, que han sido leídos durante el mes pasado cada uno de ellos por más de 40.000 personas, según nuestra estimación, están los best sellers de Dan Brown, Ken Follet o Ildefonso Falcones; pero también novelas premiadas por la crítica, como las de John Boyne, Alberto Méndez o Juan José Millás. Y aparte de esos veintiseis títulos más leídos, los lectores entrevistados mencionaron casi novecientos títulos más, de muy diversos géneros. No es cierto, por tanto, que lo único que se lea sean best sellers, ni que los libros más leídos sean sólo productos del marketing.