Es muy común que en periodos de depresión, abandonemos el aseo personal, no nos cuidemos como antes, incluso no tengamos una higiene personal mínima, poruqe nos importa muy poco tanto el qué dirán como el aspecto que tenemos, que mostramos.
Puede que sea además de un abandono una manera de quejarnos, de mostrar a los demás que no estamos de acuerdo con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Es un error que debemos evitar, porque no conduce a sentirnos bien y desde luego nos aleja de la recuperación.
Debemos hacer un rito, pequeño o grande, de la limpieza corporal, del ponernos guap@s ante nosotros mismos.
Nos debe importar muy poco el qué dirán, pero mucho el qué diremos nosotros de nosotors mismos.
Un buen baño con olores a nuestro gusto, lento, con una luz tenue y una música suave de fondo puede ayudarnos a limpiar pensamientos, a cuidar nuestra mente y a relajarnos. Dedicarnos un tiempo todos los días para cuidar nuestro aspecto nos hará querernos más, conocernos y apreciarnos.
Debemos revisar nuestro armario, ponernos aquello que más nos guste en ese momento, cambiar incluso nuestro vestuario sin grandes compras, pero eligiendo una nueva manera de presentarnos ante nuestro espejo, para sentirnos distint@s y bien. No debemos caer en las compras compulsivas, es el otro extremo, pero sí en cuidar nuestro aspecto, no tanto para estar guap@s para los demás como para estarlo para nosotr@s mism@s.
Puede que sea además de un abandono una manera de quejarnos, de mostrar a los demás que no estamos de acuerdo con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Es un error que debemos evitar, porque no conduce a sentirnos bien y desde luego nos aleja de la recuperación.
Debemos hacer un rito, pequeño o grande, de la limpieza corporal, del ponernos guap@s ante nosotros mismos.
Nos debe importar muy poco el qué dirán, pero mucho el qué diremos nosotros de nosotors mismos.
Un buen baño con olores a nuestro gusto, lento, con una luz tenue y una música suave de fondo puede ayudarnos a limpiar pensamientos, a cuidar nuestra mente y a relajarnos. Dedicarnos un tiempo todos los días para cuidar nuestro aspecto nos hará querernos más, conocernos y apreciarnos.
Debemos revisar nuestro armario, ponernos aquello que más nos guste en ese momento, cambiar incluso nuestro vestuario sin grandes compras, pero eligiendo una nueva manera de presentarnos ante nuestro espejo, para sentirnos distint@s y bien. No debemos caer en las compras compulsivas, es el otro extremo, pero sí en cuidar nuestro aspecto, no tanto para estar guap@s para los demás como para estarlo para nosotr@s mism@s.