Los niños y la guerra. El sufrimiento de los que no tienen.

La guerra destroza sociedades, generaciones enteras de sociedades, que sólo son capaces de nacer y morir en violencia, en hambre, en falta de libertad.
Quien nace en un país lleno de necesidades, con las enfermedad y la muerte a su alrededor, es un niño triste y duro, capaz de crear más guerra, de no saber distinguir la paz de la guerra, la violencia de la sonrisa y la vida social.
Permitir el hambre, la violencia en países pobres es la mayor barbaridad de la que todos somos culpables. Los niños deben tener todos los mismos derechos, hayan nacido donde hayan nacido, las mismas posibilidades.
¿Qué hacemos cada uno de nosotros por evitarlo?
¿podemos quejarnos de nuestra vida de opulencia sabiendo que otros viven sin nada, sin derecho ni a quejarse?