
Llega el momento de cruzar el puente, de presentarnos de sorpresa ante nuestro futuro y explorar las asignaturas pendientes.
Si no es ahora, no será nunca.
Vamos a cruzar el atrevimiento, vamos adentrarnos en los sueños viejos, en los nuevos, en los que vendrán, en los tuyos y en los míos.
Es igual si hace frío o niebla, si decidimos que si, nada nos puede impedir llegar a la otra orilla y observar lo que hay en ella.
Nadie nos dice que nos debemos quedar en ella, podemos ver y volvernos, podemos observar y seguir avanzando por el puente.
Depende todo, de nosotros. Sólo de nosotros.