Vlaminck fue uno de los pintores que causaron escándalo en el Salón de otoño de 1905, que recibió el apelativo de "jaula de fieras", dando nombre al movimiento del que formaba parte junto a Henri Matisse, André Derain, Raoul Dufy y otros.
Vlaminck proviene de una familia de músicos bohemios afincados en París.
En un primer momento Vlaminck no tenía intención de dedicarse a la pintura y su verdadera vocación era ser ciclista de profesión, que combinaba con dar clases de violín o escribir novelas eróticas para ganarse la vida. Debido a una enfermedad (fiebres Tifoideas) Vlaminck abandonará el ciclismo y tras entrar en el ejército y conocer a André Derain, se convence de que quizá su futuro esté en la pintura.
Junto a Derain forman un estudio donde ambos pintan y conviven creando una buena amistad. Con anterioridad, Vlaminck siempre destacó por ser un pintor autodidacta, alejado de las academias que pintaba aquello que veía suceder alrededor suyo, bien fuera un incendio o el paso del Sena cerca de su casa.
Su amistad con Derain le llevará a conocer y acercarse a la obra de Van Gogh que le influirá en el colorido y la estética de sus obras.
En 1905, junto con Matisse, se presentará en el Salón de Otoño de París donde recibirán el nombre de Los Salvajes (Les Fauves) por su exposición.
La exposición permite también observar como, a pesar de sus nuevas ideas, "le es muy difícil renunciar al color puro, al salido del tubo. A partir de 1907 empieza a mezclar colores, pero le cuesta romper con el puro", afirmó la comisaria para quien Vlaminck "se mantuvo fiel a la realidad aunque coqueteó un poco con las preocupaciones cubistas"
Vlaminck proviene de una familia de músicos bohemios afincados en París.
En un primer momento Vlaminck no tenía intención de dedicarse a la pintura y su verdadera vocación era ser ciclista de profesión, que combinaba con dar clases de violín o escribir novelas eróticas para ganarse la vida. Debido a una enfermedad (fiebres Tifoideas) Vlaminck abandonará el ciclismo y tras entrar en el ejército y conocer a André Derain, se convence de que quizá su futuro esté en la pintura.
Junto a Derain forman un estudio donde ambos pintan y conviven creando una buena amistad. Con anterioridad, Vlaminck siempre destacó por ser un pintor autodidacta, alejado de las academias que pintaba aquello que veía suceder alrededor suyo, bien fuera un incendio o el paso del Sena cerca de su casa.
Su amistad con Derain le llevará a conocer y acercarse a la obra de Van Gogh que le influirá en el colorido y la estética de sus obras.
En 1905, junto con Matisse, se presentará en el Salón de Otoño de París donde recibirán el nombre de Los Salvajes (Les Fauves) por su exposición.
La exposición permite también observar como, a pesar de sus nuevas ideas, "le es muy difícil renunciar al color puro, al salido del tubo. A partir de 1907 empieza a mezclar colores, pero le cuesta romper con el puro", afirmó la comisaria para quien Vlaminck "se mantuvo fiel a la realidad aunque coqueteó un poco con las preocupaciones cubistas"