Sería impensable plantear en España un tema como el que Sarkozy está lanzando a la opinión pública francesa. Preguntarles qué piensan de ser franceses, qué quieren para Francia, qué es Francia para ellos.
En España han sido muchas décadas de utilización del nacionalismo central contra toda forma de libertad, como para ser capaces de entender qué es España para los españoles. He dicho décadas por no decir siglos.
Se puede ser de izquierdas y admitir que los nacionalismos periféricos pueden incluso ser necesarios y útiles, como se puede ser nacionalistas de un territorio menor y no por ello dejar de sentirse integrante de un territorio mayor.
Todos, desde ópticas progresistas debemos hacer un esfuerzo para acercar posturas ideológicas primero y de concepción de la política después. Defender lo cercano no tiene que estar unido a atacar lo que nos rodea, siempre que éste no oprima.
La defensa del territorio y de nuestra identidad junto a la más egoista decisión de defender nuestras riquezas debería hacernos recapacitar de que no es posible crecer sin la aceptación y mejora de nuestras condiciones de vida, de nuestra particular forma de ser. Incluso desde posturas progresistas se puede ser egoista ante lo propio como forma demostrativa de que hay otras formas de sentir, de hacer en política.
Podemos estar hartos del nacionalismo centralista, ser consecuentes con ello y defender el nacionalismo más cercano, pero esto no nos debería cerrar los ojos ante la realidad actual de un mundo más globalizado, en donde para tener solidaridad hay que abrirse a todos y a la vez, defender lo propio.
Parece una contradicción, puede serlo incluso, pero la mejor forma que conozco de defender a los demás es disponer de una personalidad política fuerte, una libertad suficiente y una economía capaz de poder ser distributiva y a la vez poderosa para ejercer presión. Por eso creo que Francia está en un buen camino.
Y las izquierdas deberíamos aprender que defender la personalidad (lo que otros pueden llamar patriotismo) no hay que dejarlo en manos de la derecha pues son muy hábiles en utilizar estos asuntos para beneficio propio y particular.