Una de las realidades cn que te encuentran al entrar en la política es que casi todas las personas que participan en labores polítics son trabajadores públicos de distintas administraciones. Pero funcionarios públicos.
Es muy curioso pero sobre todo muy abundante. Y a la vez, empobrecedor pues la realidad sobre todo laboral, que pueden trnasmitir está sesgada.
La verdad es que las posibilidades para participar en política son mayores si tienen jornada contínua, si puedes disponer de permisos para campañas electorales, si tienen menos control para disponer de permisos para actividades y lo que es más importante, si una vez tu grupo obtiene poder, ya conoces el funcionamiento de lo público, lo que te permite scender en los puestos internos y a la vez, ayudar a tu propio grupo político.
Pero a cambio de estas facilidades, lo que se obtiene es un grupo humano sesgado, con una visión de la realidad social algo distorsionada, pues está compuesta de gente adaptada a un medio laboral determinado, que en muchos casos le ha ocupado toda su vida incluso familiar. Sus relaciones, amigos y familaires son también funcionarios, en gran número de casos.
Faltan empresarios en la política de izquierdas, faltan trabajadores de PYMES (desde la gran empresa si que suele haber algunas personas que provienen de los sindicatos), faltan autónomos, profesionales liberales.
Pero efectivamente, está tan mal vista la labor política, que resulta muy complicado tener en las organizaciones a personas de estos grupos laborales y sociales.
¿Pero de estar dentro, disponen de las mismas posibilidades que el resto de militantes, por su menor posibilidad de colaboración a cualquier hora?