En una novela es muy complicado (admitir el) escribir poéticamente. Hay que evitar en lo posible que si nuestra forma de redactar es más poética, bien por propia escuela personal o bien por nuestra experiencia, se refleje en los textos que van dirigidos a una novela.
Los adjetivos deben ir siempre que se pueda y deba, detrás de los nombres y no delante.
Pero en los relatos cortos las libertades son mayores y aquí si pueden entrar mucho mejor la sonoridad, el juego de palabras, las metáforas complejas, los adjetivos que juegan en el ritmo.
Un relato dura en la mente del lector mucho menos tiempo que la novela, pero le produce si está bien hecho, un impacto mayor y para ello debemos y podemos jugar con más herramientas poéticas que en el caso de la novela.
Los adjetivos deben ir siempre que se pueda y deba, detrás de los nombres y no delante.
Pero en los relatos cortos las libertades son mayores y aquí si pueden entrar mucho mejor la sonoridad, el juego de palabras, las metáforas complejas, los adjetivos que juegan en el ritmo.
Un relato dura en la mente del lector mucho menos tiempo que la novela, pero le produce si está bien hecho, un impacto mayor y para ello debemos y podemos jugar con más herramientas poéticas que en el caso de la novela.