Un 26,2% de los niños aragoneses de entre 6 y 9 años tiene un móvil propio -la media española es tres puntos superior- y otro 30% utiliza el de sus padres o hermanos.
Más del 90% de los jóvenes que han cumplido los 16 posee uno de estos aparatos, según revela el estudio 'La generación interactiva en España. Niños y adolescentes ante las pantallas', que la doctora Charo Sádaba -coautora del trabajo- presentó ayer en la III Jornada de Orientadores celebrada en la Universidad San Jorge.
La mayoría de los menores consigue su primer móvil porque alguien se lo regala o porque lo hereda de un familiar (algo que sucede más entre los niños que entre los adolescentes). Solo un 15% de los que tienen entre 6 y 9 años toma la iniciativa y pide que se lo compren (en el caso de los de entre 10 y 18 ese porcentaje asciende al 23%).
El principal uso que se da al aparato es el de hablar y mandar mensajes y seis de cada diez menores lo aprovechan también como plataforma de juego -sobre todo los chicos-. Los destinatarios de las llamadas cambian a medida que crecen los niños. Cuando tienen menos de 9 años, se ponen en contacto sobre todo con sus madres (en el 68% de los casos), mientras que cuando llegan a la adolescencia los números más marcados son los de sus amigos. En esa etapa destacan las comunicaciones con el novio o la novia: objetivo habitual de llamadas y mensajes para casi un tercio de esta generación.
La frecuencia de uso -y también la variedad de interlocutores- tiene una clara tendencia femenina: las chicas hablan más tiempo y con más personas. "Puede afirmarse que las féminas son más habladoras y encuentran en el uso del teléfono móvil una herramienta idónea para estar en permanente comunicación con su grupo de iguales", explica el estudio en el que se ha encuestado a casi 13.000 menores de ente 6 y 18 años de toda España.