Un escritor deprimido es un mal escritor


Alcanzaría a escribir, si ella no estuviera
pero me invade por dentro recomiendo
sujetando mis dedos para equivocarlos
quitándome la memoria del esfuerzo.

Las ganas no me vienen,
es como un amor no correspondido
como la sensación de que es fundamental preguntarte
¿para qué?

Y ese es el gran error,
nunca hay que preguntarse nada
por si alguna vez
te viene la respuesta y no te gusta.

Hay que trabajar y corregir, hay que soñar y despertarte,
hay que responder sin preguntarte,
pues las respuestas sin esperas
son siempre mejores que las soluciones tras los deseos.

Debo escribir, pero no me atrevo.