El titular de este artículo no es totalmente exacto. Y es que la cifra crece de forma imparable cada día. Pero de acuerdo con los datos del último censo, en España había 30.956.113 ciudadanos que no pudieron votar la Constitución de 1978 que reinstauró la monarquía, por la sencilla razón de que eran menores de 18 años o ni siquiera habían nacido.
Una mayoría aplastante frente a quienes eran entonces mayores de edad, un grupo de 15.789.694 personas que se va reduciendo sin pausa. La conclusión es obvia: un 66% de los españoles no ha tenido la oportunidad de pronunciarse sobre el modelo de Estado.
Si los reyes, príncipes y princesas que habitan La Zarzuela fueran tan demócratas como afirman, serían los primeros interesados en saber si cuentan con el respaldo del pueblo. Pero resulta que el miedo vive en palacio. No sólo no se les pasa por la cabeza la idea de celebrar un referéndum para que los ciudadanos puedan decidir si prefieren una monarquía o una república, sino que el Poder tampoco se atreve a plantear una reforma de la Constitución que iguale los derechos de hombre y mujer en la sucesión al trono. ¿Por qué? Porque en palacio temen que la consulta se terminase transformando en un plebiscito sobre el modelo de Estado y los republicanos decidieran votar "no" para mostrar su rechazo a la monarquía.
Pero el miedo es mal consejero. En tres lustros, todos los que pudieron votar en 1978 estarán ya jubilados. ¿Alguien en su sano juicio piensa de verdad que una monarquía de pensionistas mantendrá un atisbo de legitimidad?