En marzo de 2010 se registraron en el INEM un total de 1.189.327 contratos, y a su vea aumentó el desempleo en 35.988 personas. Luego, se produjeron 1.225.315 despidos o la suma de despidos más nuevas personas que acudieron a apuntarse al INEM para buscar empleo.
Excesivos despidos en un mercado que algunos consideran muy encorsetado y rígido. El número de nuevos contratos también nos indica que el mercado laboral es además de escaso muy variable, lleno de contratos temporales y de obra o servicio que requieren una constante renovación.
No se sustenta que se produzcan en un mercado laboral como el nuestro, con tantos desempleados, casi 1,2 millones de nuevos contratos en un mes, y aun así se siga aumentando el número de personas que se quedan sin empleo. La reforma es necesaria pero a la vez, sincera e inteligente. Ni se resuelve abaratando el despido ni facilitándolo. En España es ahora muy fácil despedir y contratar de nuevo. Las soluciones tienen que venir por otro tipo de contratos laborales, más fijos, pero a la vez más moldeables en el tiempo diario y que no dejen en la estacada a las personas.
Y sobre todo con bonificaciones en las cotizaciones para las empresas y contratos que no despidan o sean contratos indefinidos; y penalizaciones para las empresas que contratan de forma temporal y/o para las que no mantengan sus puestos de trabajo.