Tú, yo, no tenemos dinero. Nada de dinero. Si acaso algunos apuntes en una libreta, en una lista bancaria. Y el poco dinero que tenemos en la cartera, son papeles con una firma a los que llamamos billetes. Nos pagan con números y gastamos con ellos. Y lo curioso es que cuando en Europa cambiamos al euro, nos cambiaron números por números en una división en la que no opinamos nadie de nosotros, y que incluso ahora, alguna vez se escuchan cantos de sirena de volver a jugar con nuestros ahorros, a dividir o multiplicar según les guste a los que mandan.
El dinero no se pierde, si acaso cambia de manos. Por eso tras esta crisis cabría preguntarse en manos de quien está el dinero que hemos perdido en los países occidentales. O acaso también, si en realidad teníamos menos dinero del que se reflejaba en nuestros asientos, si nos estábamos (o estaban) engañándonos contablemente y en realidad éramos mucho más pobres de los que todos nos creíamos.
En Grecia ante el temor de que se saliera el país del euro para apañar sus cuentas públicas y poder exportar más y mejor, de que se devaluara luego su nueva o vieja moneda y se volviera después a entrar otra vez en el euro pero devaluados, muchas personas empezaron a sacar los billetes de euro de sus bancos. Cada día hay más personas que piensan que los bancos no son el mejor sitio para guardar todo su ahorro.
Esta semana se ha votado y perdido, el eliminar los billetes de 500 euros. Una medida que hubiera logrado aflorar al mercado y en pocos meses gran parte de la economía negra. ¿Qué están haciendo ahora los que leen estas noticias y tienen billetes de 500 euros?, pues es previsible que cambiarlos por billetes de de 100 ó 50 euros, digo yo.
El Banco Central Europeo lo estará notando.
Si mañana sube el petróleo al doble, crecerá la inflación y el BCE tendrá que subir el precio del dinero prestado para que no crezca demasiado (si la economía empieza a salir de la depresión), pero lo curioso es que si la gasolina sube al doble de precio, los impuestos que cobra el Gobierno de cada país será también del doble. Nuestros euros bajarán de valor pero parte de ellos irán a Oriente Medio y el gran paquete se quedará en Madrid.
Si sube la inflación mucho, pierde valor el dinero ahorrado, pero quien debe dinero, debe menos. Luego la inflación no es tan mala, según para quien. Según cuanto. Si yo debo al banco 100.000 euros, en realidad teórica debo 100.000 barras de pan de un euro. Si sube la inflación un 5% anual, en 5 años la barra de pan costará 1,2763 euros. En esos 5 años en realidad deberé al banco y sin haber amortizado nada, 78.351 barras. Más los intereses, sin duda, pero intereses que también tendría que pagar si no hubiera inflación. Por eso ahora todos los créditos tienen como base el Euribor que se mueve con arreglo a la inflación, para que se compense y siga debiendo el mismo número de barras de pan. Hace unas décadas todos los tipos de interés (altísimos) se firmaban fijos y la alta inflación jugaba ligeramente a favor. Era la prehistoria del laboratorio económico que ahora ha estallado.