La población envejece no sólo en el primer mundo, sino en todo el planeta, de forma imparable y en un "proceso sin precedentes en la historia de la humanidad", según el último informe de la División de Población de Naciones Unidas, publicado esta semana.
Nos lo presentan siempre como un problema cuando en realidad debería ser una gran alegría.
Una de cada nueve personas tiene más de 60 años y se prevé que sea una de cada cinco dentro de 40 años. En 2045 el número total de mayores de esta edad superará por primera vez al de menores de 14 en todo el mundo -lo que ya ocurrió en los países desarrollados en 1998-. "El envejecimiento de la población es profundo y tendrá implicaciones en todas las facetas de la vida", señala el informe, que menciona específicamente las consecuencias en el ahorro, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones, los impuestos, la epidemiología, los sistemas de salud, la composición de las familias o los flujos migratorios.
Nos lo presentan siempre como un problema cuando en realidad debería ser una gran alegría.
Una de cada nueve personas tiene más de 60 años y se prevé que sea una de cada cinco dentro de 40 años. En 2045 el número total de mayores de esta edad superará por primera vez al de menores de 14 en todo el mundo -lo que ya ocurrió en los países desarrollados en 1998-. "El envejecimiento de la población es profundo y tendrá implicaciones en todas las facetas de la vida", señala el informe, que menciona específicamente las consecuencias en el ahorro, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones, los impuestos, la epidemiología, los sistemas de salud, la composición de las familias o los flujos migratorios.
El aumento en la esperanza de vida de las regiones en vías de desarrollo y el control de la natalidad están cambiando de forma espectacular las pirámides de población, que darán un vuelco en 100 años: de 1950 a 2050 el porcentaje de mayores habrá pasado del 8% al 22%, casi una cuarta parte de la humanidad. En 2000 había 600 millones de mayores, cifra que triplicaba la de 1950. En estos momentos hay 737 millones.
Habría que preguntarse también si simplemente somos en global más viejos pero no hemos conseguido subir la calidad de vida de esos años "finales", en cuyo caso no habremos avanzado nada y si no somos caapces de resolver el problema de la sostenibilidad de las personas mayores por incapacidad o por cobardía a la hora de repartir mejor las calidades de vida entre las diferentes edades.