Las imágenes y datos de las mujeres, niñas, que se inmolaron en Moscú son aterradoras. Dos adolescentes de 17 y 20 años son las culpables del último atentado de terrorismo islámico en Rusia, dos casi niñas abducidas por el fanatismo, por la mentira, por la barbarie de hombres adultos que juegan con los sentimientos y la educación de personas que todavía no son capaces de decidir por sí mismas.
Hay que acabar con este tipo de barbarie atroz que golpea sin sentido en todas las direcciones, también en las suyas propias, asesinando a niñas que se creen mandadas a un cielo excelente. Después de la vida no hay nada y si lo hay, no es para asesinas.
La mujer de la imagen era viuda, con 17 años, de un guerrillero abatido en 2009. No sólo son engañadas para morir sino también paras ser el descanso del guerrero.