Las mariposas del estómago me han invadido la cabeza. Están jugando con mis ideas hasta marearme, no dejándome pensar con la calma que necesito para respirar. Se han adueñado de mi pensamiento para destrozarlo. Son las espías de mis enemigos que les hacen el trabajo sucio. Con estas mariposas no necesitan más armas mis desleales. Ellas hacen el trabajo sucio de corromper mis defensas. Respiraré más profundamente todavía.