España seguirá teniendo cuatro millones de parados hasta 2013

La economía española tendrá que acostumbrarse a convivir con elevadas tasas de paro durante bastante tiempo. Al menos hasta el año 2013. Hasta ese año, el desempleo seguirá afectando a más de cuatro millones de trabajadores en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA). La economía continuará destruyendo puestos de trabajo a un ritmo todavía importante. En 2010, incluso, se perderá el 2% de la fuerza de trabajo. O lo que es lo mismo, unos 375.000 empleos, lo que significa que el ajuste laboral no ha terminado todavía. La revisión del cuadro macroeconómico presentada ayer por el Gobierno tiene mucho que ver con una película de miedo en términos de empleo. Hasta el año 2014 la tasa de paro se mantendrá por encima del 16% de la población activa, e, incluso, este mismo año 2010 continuará todo el ejercicio en el entorno del 20%.

El cuadro ‘macro’ que presentó el Gobierno refleja, igualmente, las dificultades de la economía española para crear puestos de trabajo. Hasta el punto de que habrá que esperar a 2012 para generar empleo a un ritmo suficiente como para lograr una reducción de la tasa de desempleo. Ese año la ocupación crecerá un 1,7%, por encima de lo que aumente previsiblemente la población activa.
Las previsiones del Gobierno hablan de que ya en 2011  (media anual) la economía española volverá a crear empleo, pero sólo un 0,3% (unos 55.000 puestos de trabajo). Pese a ello, y de manera sorprendente, el Gobierno estima que el paro bajará del 19,4% al 18,9%, lo cual supone que la población activa prácticamente seguirá estancada, lo que reduce el potencial de crecimiento de la economía española. Pero lo más chocante es que ese 0,3% de aumento de la ocupación coincidirá con un crecimiento de la actividad económica del 1,3%.  El departamento de Elena Salgado, de esta manera, desafía a la historia económica más reciente. Entre los especialistas en el mercado de trabajo existe un elevado grado de coincidencia en que la economía española nunca ha sido capaz de crear puestos de trabajo con un crecimiento inferior al 2%. Ahora el Gobierno dice que eso es posible con sólo un 1,3%.



Sea como fuera, la revisión del cuadro macroeconómica pone sobre las mesa las enormes dificultades que tendrá el Gobierno para cumplir su objetivo de situar el déficit de las administraciones públicas en el 3% en 2013, como se ha comprometido ante Bruselas. Toda vez que la tasa de desempleo seguirá siendo extremadamente elevada hasta ese año.  Y sin empleo, no sólo no crecen las bases imponibles de los principales impuestos (IRPF e IVA) por falta de actividad, sino que siguen operando de forma activa los llamados estabilizadores autonómicos, es decir aquellos gastos adicionales que se derivan del ciclo económico, principalmente desempleo.

De hecho, la propia Salgado admitió ayer que el gasto en desempleo se situará en 2011 en niveles similares a los de este año. Es decir, unos 30.000 millones de euros. Teniendo en cuenta que una partida similar habrá de destinarse a pagar el servicio de la deuda (y acelerándose a la luz del ensanchamiento del diferencial con Alemania), esto significa que prácticamente la mitad del presupuesto no financiero del Estado (unos 60.000 millones de euros) se destinará a pagar el desempleo y la deuda.

El límite de gasto aprobado ayer por el Consejo de Ministros sitúa los recursos del Estado para 2011 en 150.056 millones de euros, pero una vez incluidas las transferencias a las administraciones territoriales, baja hasta los 122.256 millones, lo que supone un descenso del 7,7% respecto de 2010. Salgado no dio ayer la comparación más relevante. Cómo evolucionará el gasto público respecto del avance de liquidación de 2010, y en su lugar se remitió al mes de septiembre, que es cuando el Gobierno presentará los Presupuestos del Estado.

Pese al pobre comportamiento del empleo, el Gobierno estima que el consumo privado crecerá el año próximo un 1,8%, tasa que parece poco consistente con un aumento de la ocupación de sólo un 0,3%, y además en plena subida de los tipos impositivos del IVA a partir del próximo 1 de julio.