1. La economía española seguirá estancada a lo largo del año, a menos que se produzca un milagro.
2. Los mercados no van a soltar la pieza mientras esa situación de estancamiento no dé señales de que se va a remover a medio plazo, para lo que sería necesario que las reformas de todo tipo se anuncien y se comiencen a aplicar de manera inmediata.
3. La situación de siniestralidad de los últimos días provoca sobreactuación de los mercados. No se trata sólo de un problema de déficit y deuda pública, como simplificadamente se hace creer, sino de posición deudora de todo el país, a lo que se añade que los analistas internacionales tienen una idea muy firme de que la capacidad de generar riqueza por parte de la economía española está muy dañada por la crisis.
4. Estos análisis sólo tienen un corolario: se paga más por la deuda.
5. El escenario de un incremento de la prima de riesgo no se limitará a las emisiones públicas y con aval del Estado, sino que se exigirá a todo lo que emitan entidades financieras y empresas privadas.
6. El caso español no es, en primera instancia, el de una suspensión de pagos con quitas y esperas; es un caso de sobreprecio provocado por una situación de brusco crecimiento del recurso a los mercados y por la estrechez de la liquidez.
7. El estancamiento económico se mantendrá más tiempo porque el mayor coste de la financiación externa obligará a reducir hasta eliminar los estímulos fiscales, lo que, a su vez, frena la inversión y el crecimiento.
8. Un nuevo factor de incertidumbre viene de la mano de la caída de la cotización del euro frente al dólar. La moneda europea está en mínimos de 18 meses y con las últimas vicisitudes monetarias podría situarse en un escalón de cambio que, si bien mejoraría la competitividad española en el mercado externo al euro (apenas el 30% de las exportaciones), supondría un repunte de los precios de importación, especialmente los energéticos, que indujera una subida de la inflación, lo que en un marco de estancamiento sería muy negativo.
9. Una debilidad estructural de la economía española, la peculiaridad del mercado laboral, hace perder, en el anterior supuesto, las escasas posibilidades objetivas de crear empleo neto en el corto y en el medio plazo.
10. Es imposible precisar cómo evolucionarán las movilizaciones de los trabajadores, una vez que los sindicatos, con su identificación con la política del Gobierno, sean incapaces de controlarla. Los sindicatos españoles, con el apoyo que han dado a las movilizaciones en Grecia, juegan con fuego.