Las soluciones maravillosas que envuelven la amistad beben del silencio de escuchar, de la entrega por resolver, de los apoyos para defenderle.
Si es necesaria la amistad, es sobre todo para agarrarte a ella en la defensa de las ganas por vivir. Cuando más necesitas respirar profundamente en busca del aire de la vida, más necesario es tener gente que te escuchen y abran ventanas, que te indiquen caminos nuevos, que retiren piedras del camino.
Simplemente escuchando, tocando, abrazando, dando calor en el tacto, se puede resolver el mayor problema personal, porque en ese instante te vuelves a sentir feliz, te crees todavía vivo y capaz.
¿Qué hemos hecho hoy por los otros?, ¿qué podríamos hacer mañana?