Que se mueran los feos es una buena película española. Una historia correcta, unos personajes muy buenos en algunos casos, una fotografía buena, una dirección muy buena y sobre todo algunas interpretaciones excelentes.
Javier Cámara brilla, pero junto a él unos secundarios muy acertados. El tonto es precioso, pero la chica también. Julián López y Mónica Casado trabajan muy bien sus personajes. Juan Diego lo hace tan bien como él hace casi todos sus trabajos y Carmen Machín está correcta aunque algo repetida con anteriores trabajos.
Una buena película para reir, pero también para ver una interesante historia, que demuestra que el cine español, incluso dentro del cliché de "cine español" puede hacer grandes películas.