Tú tienes tres formas de enfrentarte a un problema. A tus problemas. Dos de ellas son comunes a ltodos os animales, y una sola es la que nos diferencia a los humanos del resto de animales.
Podemos huir ante un problema. Solución una.
Podremos atacar violentamente. Solución dos.
Podemos emplear la palabra, defender nuestra postura con asertividad. Solución tres.
Que cada uno de nosotros empleemos más una solución y otra, nos enseña el tipo de personalidad que tenemos. Aunque es cierto que todos empleamos las tres en diversas medidas y según ocasiones. Pero curiosamente la tercera opción, la de enfrentarnos con nuestras razones y empleando la palabra, es la que menos utilizamos. Siendo la huida la que más se emplea, muchas veces sin darnos cuenta de ello.
En realidad la única solución que no nos creará problemas en el futuro es la tercera. Debemos enfrentarnos a los problemas con decisión pero sin violencia, informando a los contrarios de nuestras posiciones y defendiéndolas, por mucho que los rivales no las acepten. No las tienen que aceptar pues ellos también emplearán una de las tres opciones ante “su” problema.