La fragilidad de la suerte o la debilidad de la dependencia vital


Somos tan frágiles que ni lo sabemos.

Es tan débil el hilo de la vida,
que si se rompe nos damos cuenta cuando es muy tarde
dependemos de curiosas y prohibidas conexiones
que nadie sabe bien cómo explicarlas cuando fallan.

Dependemos de la suerte, que es ponerle nombre a lo que no entendemos.