Pese a que la tasa de paso dobla la media europea, el 19,7% de la población activa en España y el 9,7% en el conjunto de los Veintisiete, los españoles están entre los ciudadanos comunitarios menos abiertos a buscar un empleo en otro país.
El 80% de los españoles no se plantea trabajar en el extranjero en un futuro, algo que baraja sólo el 12%, un porcentaje cinco puntos inferior a la media comunitaria, según el Eurobarómetro sobre movilidad geográfica y laboral.
En la Unión Europea, el 17% se iría a trabajar al extranjero frente a los 73% que dicen que no y la decena que se muestra indecisa. En España dudan ocho de cada 100.
No obstante, Luxemburgo, con un 6%, y España, con un 5%, son los países de la Unión Europea con mayor porcentaje de encuestados que dicen haber estado viviendo y trabajando en el extranjero.
Los ciudadanos comunitarios más entusiastas a la hora de salir fuera para trabajar son los de Dinamarca, donde más de la mitad de la población (51%) en activo planea hacerlo en el futuro. Les siguen los estonios, suecos, letones, lituanos y finlandeses.
En el otro extremo están los italianos porque sólo cuatro de cada 100 dicen verse trabajando fuera del país transalpino. Austriacos y griegos son también poco partidarios de irse al extranjero, sólo el 8% lo haría.
Para decidirse a salir, el 36% de los suecos dice que tendrían que ofrecerle entre un 25% y un 50% más de sueldo. Lo mismo opina el 34% de los franceses y uno de cada cuatro alemanes, italianos, españoles, belgas, daneses, holandeses y británicos. Por lo que se refiere al destino más atractivo para mudarse por razones profesionales, el ranking lo encabeza Estados Unidos, país que elegiría el 21% de los europeos, seguido de Reino Unido (16%); Australia (15%); España (13%) y Alemania (12%).
Cuando se pregunta a los encuestados por el impacto que la movilidad laboral puede tener en la integración, los más positivos son suecos y españoles: el 78% opina que será bueno. En el polo opuesto se sitúan letones, lituanos y austriacos.