La derecha no sirve para defender a los trabajadores; no puede hacerlo, no sabe hacerlo
La derecha en España, listilla como ninguna, se quiere apoderar de la defensa de los trabajadores como si quisiera olvidarse de donde viene y lo que es más importante, hasta donde querría ir, si se le dejara. Los conservadores y liberales lo son así, simplemente porque creen en unas leyes y normas económicas determinadas, muy conocidas, en donde la libre empresa sin control y el tamaño del Estado —y sus servicios— es determinante para la ideología. No es nada nuevo y es válido como filosofía política, pero incompatible con la defensa personal de los intereses de los trabajadores por mucho que se diga que el trabajo es un bien escaso y que ellos lo defiende. Y es verdad, pero a medias. Por que lo que no dicen es a cuenta de qué derechos lo defienden. A cuenta de qué calidad de trabajo creen en la defensa del mismo. Todos queremos defender el trabajo, pero uno lo hacemos sin desear que se traspase una línea de calidad y de respetabilidad hacia el ser humano que es trabajador por cuenta ajena. Muchos de nosotros creemos superado el siglo XIX y el XX —incluso muchos sin darse cuenta y convocando sistemas de defensa como la huelga, típica herramienta del siglo pasado—, creemos que no se deben traspasar una línea débil pero clara en la calidad del empleo. Y los neoliberales y los conservadores anteponen el beneficio y la libre empresa a los derechos de las personas. Así que por favor, no nos engañen con un idioma chabacano y que no le va, que incluso no saben utilizar bien por mucho que intenten aprender. Los trabajadores necesitan ser responsables de sus realidades, sin miedo, apoyando la formación y la preparación profesional, pero sin admitir mercados laborales de otros mundos, por mucho que se les diga que la globalización todo lo unifica. Los beneficios parece que no están siendo unificados entre las pastes de la sociedad, así que intenten engañar algo menos, por favor.