Los que tenemos la obligación de escribir, la necesidad de vaciar de contenidos la cabeza que ataca; los que sabemos que para seguir cargando las pilas, antes debemos vaciarnos de contenidos impuros, sabemos lo complicado que es sentirse bien tras el ejercicio de la escritura. Muchas veces desearíamos no haber escrito, pero es una necesidad. Al releer uno, siente que el contenido no es positivo, que veces hay que reconocer que convivir con los pesos, cuesta mucho. Así que lo mejor sería no escribir, o no releer, o no pensar, o simplemente no darle importancia a casi nada.