Hay que ser sincero pues en literatura la mentira se nota enseguida, pero no es obligatorio contar TODO lo que nos sucede.
La selección y la forma, el estilo, es fundamental para que tenga un sentido y un motivo de unión. Podemos escribirlos pensando en que se leen por más personas o al contrario como papelera en donde vaciamos nuestras dudas, nuestras basuras.
Pero en todos los casos hay que hacerlo bien, con sentido crítico y reflejando literatura en ellos. Al menos la máxima capacidad que cada uno de nosotros tengamos en escribir con estilo propio.
Si tienen vida y personalidad, nos gustará leerlos con los tiempos ya pasados, si son un peñazo, ni a nosotros mismos nos agradará su contemplación.
No es lo mismo un diario que un blog, aunque si que pueden parecerse mucho. Un diario está creado para uno mismo, aunque tenga pretensiones exteriores. Se debe repasar y modificar, buscando más tiempo de permanencia que un blog, y debe contener reflexiones personales, algo que en un blog es más complejo pues desde el priemr día está publicado para todos los posibles lectores.
No es lo mismo un diario que un blog, aunque si que pueden parecerse mucho. Un diario está creado para uno mismo, aunque tenga pretensiones exteriores. Se debe repasar y modificar, buscando más tiempo de permanencia que un blog, y debe contener reflexiones personales, algo que en un blog es más complejo pues desde el priemr día está publicado para todos los posibles lectores.
En un blog, se diga lo que se diga, se buscan lectores. En un diario en cambio se busca simplemente la satisfacción personal, al menos en sus inicios.
Muchos escritores famosos han publicado diarios, y es muy complicado señalar o recomendar alguno. Mirar en liberías o preguntar, pero no compreis los más conocidos, pues hay ejemplos muy interesantes en libros menos conocidos, pero de autores que han escrito mucha literatura.
Muchos escritores famosos han publicado diarios, y es muy complicado señalar o recomendar alguno. Mirar en liberías o preguntar, pero no compreis los más conocidos, pues hay ejemplos muy interesantes en libros menos conocidos, pero de autores que han escrito mucha literatura.