Cuida tu salud. Es tuya. Nadie la va a cuidar mejor que tú mismo, ni médicos ni enfermeras. Serás tú quien deba conocer mejor que nadie tu cuerpo y decidir qué es mejor y qué es negativo para tu cuerpo. Teniendo en cuenta siempre, que lo que a los demás le puede ir bien, es posible que a ti te vaya mal y al revés.
Cuida tu alimentación, sin duda la tipo mediterránea, con verduras, pescados, legumbres, cereales y frutas va perfecta para el cuerpo. Pero cuida también la mente. Se feliz, positivo, alegre, con pensamientos suaves y positivos. Sueña y ríe, vive acompañado, comparte y entrega.
Si tienes problemas de salud acude al médico, pero no es un brujo capaz de resolver todos los problemas, incluso muchas veces y por falta de tiempo te recetará más medicinas químicas de las que necesites. No se trata de decidir por el médico, pero si de ser inteligente y sopesar los tratamientos de larga duración consultando con otro médico para tener dos opiniones.
La vida es larga, la salud debe durar muchos años, y recuerda siempre, que casi todo se puede curar y que la inmensa mayoría depende exclusivamente de ti y de tus decisiones. Saber elegir al médico es una de ellas. Cuando se estropea el coche lo llevamos al mecánico; el cuerpo es más importante y no siempre nos gastamos los mismos dineros en cuidarlo.