Todos los días traen nuevas luces, novedosos datos, posibles caminos distintos sobre los que explorar la vida del día de hoy y la del día de mañana. Cada día es el comienzo del siguiente, es la oportunidad para descubrir nuevos frentes, para luchar por nuevas metas. Y aunque suene a frases vacías de autoayuda, que lo son, también son ciertas y no les prestamos atención a las oportunidades.
Yo no sé que será de mañana, y sobre todo no sé qué —de lo que haga mañana— será importante para el futuro, me servirá para cambiar el recorrido, para explorar nuevas vidas, para relacionarme con otras personas. Y eso es fabuloso pues me permite todos los días el cambio, pero me obliga a estar muy atento.
Así que me enfrentaré al mañana como si fuera tan importante como todo el futuro que me espera. E intentará ver el momento en que se enciende la luz que me enseña los recovecos positivos de la vida. No es seguro que lo consiga, pero al menos voy a intentar estar despierto en ese momento. Y si hoy o mañana no detecto los nuevos caminos, cada día volveré a tener nuevas posibilidades.