Con los enemigos, la misma atención o más que con los amigos

…pues en el ruido que hacen los contrarios
se puede adivinar sus puntos flojos, 
sus adornos falsos, su camino abierto;
para así ganar la batalla.


A los enemigos hay que escucharlos 
para interpretar su mirada,
con las mismas ganas que se tiene en ser más libre, 
pero sobre todo victorioso.