La paciencia puede llegar a terminarse, incluso para la persona más paciente, con mejores fondos. La paciencia demuestra la madurez de la persona el saber esperar con el tiempo a que los sucesos tengan otro color, se puedan ver desde otra óptica, con otra visión. Pero también se acaba en aquellas personas que con buena fe intentan encontrar soluciones a los problemas y dejan que el tiempo juegue a favor de las soluciones. La paciencia es hermana de la experiencia, del saber hacer, del uso del tiempo y la calma, del diálogo y la negociación incluso con uno mismo.
Con paciencia se domina el mal, que se soporta con estoicismo y calma; que ayuda a aceptar los problemas y a relativizarlos; que sirve para intentar ser más feliz desde la superación y el entendimiento de los problemas en distintas clases, con distintas urgencias, con distintas velocidades.
Sé paciente y respira de la vida, sé suave y ten calma.