Mohamed El Baradei representa en Egipto lo que hasta ahora no ha tenido Túnez, el líder que da la cara y se pone al frente de las posibles reformas. Una persona respetable, con capacidad de aglutinar a sus ciudadanos, conocido en el mundo occidental y respetado tanto dentro como
fuera. El Premio Nobel de la Paz, criticado en su país por no estar desde dentro criticando al sistema de gobierno que imperaba en Egipto, ha dado la cara en los momento más importante, esta tarde dirigiéndose a sus ciudadanos desde la Plaza Tahrir. Surgen pues las primeras diferencias entre la situación de Túnez y Egipto que llevarán previsiblemente también a soluciones distintas, por que sobre todo en este tipo de situaciones, lo importante no es tanto lo que se pretende en el corto plazo como lo que se consigue asentar en el medio plazo. Y aquí la palabra como casi siempre, ¡snif! La tienen los militares que de momento están expectantes antes de decidir qué hacer con la situación de Egipto. Lo que ya queda claro es que Mubarak lo tiene crudo y que su ejército no le está apoyando de momento, pero la veleidades de estos ejércitos son peligrosas y pueden dar sorpresas. Y de momento el resto del mundo se calla en espera de no meter la pata hasta el fondo. Son muchos intereses los que se mueven y mucho miedo en equivocarse por hablar antes de tiempo. Pero así no se consigue liderar el mundo.