Escribir sin ser "yo" para mostrar mejor qué somos

Escribir es vaciar pero también volver a cargar. Uno cuando escribe debe olvidarse de quien es, por mucho que sean sus circunstancias las que salgan fuera. Lo mejor es que la persona que tenemos dentro se nos olvide a la hora de plasmar nuestros recuerdos, pues sin duda sólo sabemos escribir de nuestros pensamientos. Pero aun con todo, no debemos frenar a nadie, menos a nosotros mismos, y por eso a la hora de sentarnos a escribir lo mejor es olvidarnos de que estamos envueltos en nosotros mismos. Parece de locos, pero se debe intentar al menos. Si somos conscientes de que quien escribe es “yo”, surgirán las censuras, la dudas, las rectificaciones en busca de la exactitud. Y en cambio el lector no quiere lo exacto si esto es aburrido y pesado. Busca lo válido, la parábola bien construida, el pensamiento limpio pero válido aunque sea parcialmente falso.
Hoy Heraldo de Aragón entrega el séptimo libro de su colección Biblioteca aragonesa con un excelente volumen de más de 600 páginas que recoge artículos de Fernando Lázaro Carreter, que bajo el nombre de “El dardo en la palabra” recopiló y editó Círculo de Lectores. Un ejemplar muy interesante para aprender a leer, hablar y escribir, para mejorar en la comunicación con consejos y opiniones de una gran autoridad. Lo malo es el tamaño del libro, mecachis, que ya no me cogen en la biblioteca tantos libros. Leer para escribir mejor. O al menos para intentarlo.