El gobierno ha decidido bajar la velocidad en las autopistas y autovías hasta los 110 km/h lo que nos coloca a la puertas de que no puedan circular todos los vehículos a la vez, poniendo el último número de matrícula como elemento diferenciador para circular un día si y otro no. Es la crisis, señores.
Ha bajado el precio de algunos trenes, no el de los AVE que son los más utilizados allá donde se puede, lo que deja la medida coja de eficacia. Al menos de momento. No es de recibo sin duda, que el transporte de mercancías no se logre nivelar más entre ferrocarril y carretera, y aquí si tenemos tajo para unos años, pues algo hay que hacer con urgencia para depender mucho menos de la energía comprada. Sobre todo cuando no hay dinero para pagar a otros lo que consumimos y no producimos nosotros.
Nos puede parecer mal, pueden ser medidas antipopulares y tontas, pero es que hay algo que no reconocemos. España no tiene dinero para pagar una energía en dólares a un precio superior a los 100 dólares barril. Y si no hay dinero, no se puede comprar. ¿Qué harías tú en tu casa si no pudieras comprar pasteles para el domingo o pescado fresco para los días laborables?
Podemos decir misa aprisa y ponernos en jarras, incluso podemos seguir diciendo que el Gobierno es un inútil, que también. Pero la economía es persistente y no perdona. Y el PP si gobernara no podría hacer cosas muy distintas. De momento están rezando para que Zapatero no convoque elecciones anticipadas.