En la misma línea que ya hemos expuesto en anteriores entradas de este blog, vamos a ver algunos aspectos sencillos de lo que es una microempresa.
Se conoce como microempresa a las que tienen entre uno y nueva trabajadores. Pequeñas empresas a las que tienen entre 10 y 49 trabajadores en sus nóminas. Y mediana empresa a la que tiene
entre 50 y 249 trabajadores.Pero aquellos proyectos de un solo trabajador, las que podríamos llamar coloquialmente como empresas de autoempleo, son también microempresas.
Es cierto que gran parte de ellas no funcionan como una empresa pues el protagonista no se siente con capacidad ni ganas de serlo. Es fundamental para asegurar el éxito de tu propio empleo, que desde el principio te plantees que en realidad estas creando una microempresa y que como tal hay que cuidarla y analizarla. Si estamos convencidos de que simplemente es una manera de crearnos un empleo, tendremos más riesgo de que al final no seamos capaces de subsistir cuando surjan problemas.
Incluso cuando el autoempleo es una manera de crearse un puesto de trabajo (siendo un autónomo) y que trabaja principalmente para otra empresa, debe actuar con la inteligencia social y emocional de una microempresa. No se puede estar siempre atado a una sola empresa pues nuestra debilidad dependerá de los deseos de ese otro empresario que si actúa como tal. No hay que perder de vista oportunidades de cambio, de exigencias en el trato, de mejora o de crecimiento. Un autónomo debe diversificar sus riesgos, sus exposiciones a un sólo empresario, y exigir sus tiempos libres para seguir ejerciendo su actividad con otros clientes. Si trabajas para un solo cliente es un riesgo importante que debes asumir, pero que no deberías admitir si además se requiere alguna inversión que hay que amortizar. En el sector del transporte por ejemplo se producen abusos en este aspecto que hay que atar muy bien con contratos entre las partes. Y si esto no es posible, sopesar todos los riesgos y ventajas. Seguiremos hablando del autoempleo en este blog.