La sociedad es mucho más dura y cruel que nuestros gobernantes; si nos dieran la opción de poder legislar, de revisar leyes y modificarlas, serían mucho más crueles que los actuales profesionales de todos los poderes en España, sean político, legislativo o judicial.
Realmente cada vez se ve más la benevolencia de los políticos que idearon la actual Constitución Española, pues si la sometiéramos a votación punto por punto, dando opciones a cada artículo, saldría una Ley Magna preocupante. De hecho los jurados populares resultan altamente complicados de asumir pero si a ellos les sumamos la “voz de la calle” los presuntos resultados asustan.
Somos bastante caínistas, muy dados a la venganza, nada cordiales con nuestros vecinos de vida, poco humanos y comprensivos, nada objetivos amplios y muy dados a ver de forma miope los problemas que nos afectan. Y además muy propensos a tener razón propia, sin escuchar para nada o muy poco a los que nos rodean. Tenemos la razón por que la tenemos, y punto seguido. Así nos podemos dar incluso algo de miedo nosotros mismos de nosotros mismos, pero nos tendremos que comprender y asumirnos así, aunque con controles suficientes para que el poder esté detentado por profesionales.