Son meses estos, que deberían servir para replantearnos en España qué tipo de energía deseamos para el futuro de nuestro país. Estamos hablando de que según el tipo de decisiones que tomemos sobre la energía del futuro y del presente nos guste o no, serán al menos entre 6 y 10 años los necesarios para poder construir alternativas, sean nucleares, de carbón exterior o alternativas.
Debemos procurarnos energía suficiente pera además barata o si no somos capaces de plantear alternativas que suena duras como la nuclear o el carbón importado, decir con claridad a la sociedad española qué nos cuesta y nos costará la energía alternativa.
Somos mayores de edad y deberíamos saber lo que nos cuesta en euros año a cada familia tener una energía u otra. Y opinar sabiendo de verdad lo que tenemos entre manos. Son decisiones a medio y largo plazo que requieren pactos de Estado o acuerdos de alto nivel entre todos los actuales partidos políticos. Y no se trata de elegir entre lo que nos gusta o lo que podemos, sino en sentarnos a opinar sobre lo que es posible para España y lo que no estamos dispuestos a tener nunca. Y no se trata de una persona una voz discordante sino de analizar con y junto a los técnicos de toda sensibilidad qué queremos hacer con la energía en España.
No podemos, no debemos seguir aparcando una decisión importantísima, más en periodos como los actuales de crisis global en varios apartados estratégicos. Son muchos años los perdidos en NO tomar decisiones, y todos deberemos saber lo que comportan cada una de las posibles opciones. De riesgo, de coste, de soportabilidad, de lógica geográfica, de futuro.