Los medios han cambiado sus portadas llenas de gráficos nucleares por los de Libia esperando la muerte. Una muerte pasada por neutrones cae por la otra que vendrá desde el aire, de manera inevitable por un Gadafi que se ha creído más chulo que un ocho.
Si Europa y EEUU no hace nada les criticamos, y si hace también. No es lógico. Los libios no se merece mas que la paz, aunque reconozcamos todos que a veces algunos han jugado a joder; Libia en cambio se merece una puesta a punto, un reset; y su líder espiritual necesita un buen coscorrón pues se ha pasado cuatro pueblo no ya ahora sino en todos estos años de dar y amagar, de joder y disimular. Gadafi debe descansar de dictador; lo que no queda claro es la forma en que se jubilará.
Por desgracia en todo tipo de ataques —militares por supuesto—, siempre mueren inocentes. Bien civiles sin nada que ver con la muerte, bien tontos que se creen capaces de ayudar a sus dioses desde la tierra arenosa. Pero al final siempre serán inocentes los que paguen los desmanes de los sátrapas. España apoyará activamente los ataques —militares por supuesto—, y esperará ganar este nueva guerra que ahora todos se creen muy corta, aunque luego la mala historia decidirá su duración dependiendo de varios factores. Lo malo de sacar los aviones a pasear es que luego no se sabe bien cuando deben volver a los hangares pues le cogen gusto a soltar bombas y no saben parar.
Llevamos un mes de marzo complicado. Enseguida viene la primavera y salen las flores a pasear. Esperemos que no nos las pisen con botas gruesas.