Es normal aunque hay que vigilar su duración, pues nos puede suceder que se pierda la costumbre y nos extraviemos en la maraña de la indolencia.
En todo proceso se necesita respirar, dejar un tiempo de mirar fijamente a una sola dirección y cambiar de rumbo.
En todo proceso se necesita respirar, dejar un tiempo de mirar fijamente a una sola dirección y cambiar de rumbo.
Puede —debe— ser bueno y positivo, pues al volver lo haremos con otra mirada, con otro equipaje. Por eso cansarse de escribir, agotarse, puede ser incluso positivo si sabemos encajarlo bien.
Una solución es dedicarnos esos días o semanas a escribir otro tipo de literatura. Poesía, relatos o novela corta, blog, ensayo y sin duda para corregir lo ya escrito con anterioridad.
Una solución es dedicarnos esos días o semanas a escribir otro tipo de literatura. Poesía, relatos o novela corta, blog, ensayo y sin duda para corregir lo ya escrito con anterioridad.
Otra solución puede ser leer algo más de lo habitual y diferente, eligiendo aquello que en periodos normales no leemos. Y sin duda al final, sería volverse más contemplativo y tomar notas.
Mirar, observar, revisar, analizar y estudiar comportamientos, nos pueden servir para el próximo ataque de actividad y creación.
Debe haber momentos para analizar y repasar, para corregir incluso los proyectos que tenemos en el cajón hasta darles algo más de forma y ver si nos encajarán en el futuro próximo.
Lo importante es no perder de vista la escritura, aunque sea desde otra óptica, utilizando posiciones diferentes que sean complementarias.
Ajovín