El debate sobre la energía nuclear está servido en bandeja de plomo. Da la sensación de que se nos está engañando siempre, sirviendo la información con cuentagotas y filtrada, en la medida que le interesa a gobiernos, empresas, grupos de presión. Ahora es Japón y como la información no se puede tapara del todo, se disimula o se dosifica. Se intenta dar mucha información sobre cómo funcionan pero no se aclara cual es el motivo de las explosiones y qué las provoca, además de explicar qué es lo que sale a la atmósfera tras la misma.
Entiendo que no hay que alarmar y que nada mejor que la dosificación interesada para convencernos de que es una decisión positiva. En realidad poco podemos hacer desde miles de kilómetros, por resolver los problemas de las centrales nucleares de Japón, por mucha información que tengamos en el instante de producirse. Pero nos tememos que dependiendo de cómo vayan resolviéndose los problemas, se disfrazarán estos.
La energía nuclear debería ser mucho más segura. No es de recibo que los problemas graves sean producto de inundaciones posteriores al terremoto, que no se logran resolver por que no se han previsto. La refrigeración es fundamental, hay o no haya energía para provocarla. Y eso es básico en toda central nuclear. Luego hay que tener previstas todas las opciones, incuso las más lejanas. Más en un país con claros problemas de estabilidad por terremotos y tsunamis.
Esperaremos a saber el final de todo este problema nuclear, pero mucho me temo que nada volverá a ser igual en el mundo, con la relación entre la sociedad y la energía nuclear.