Ayer hablaba con un director de sucursal bancaria y estaba apagado. Le requería su opinión sobre el momento actual de la crisis y no era optimista. Enero de 2011 parecía bueno y las empresas se habían animado ligeramente pidiendo información, solicitando ideas y estudios para crecer o comenzar algunas actividades nuevas, pero febrero vino algo apagado y marzo está terminando de quitar las ganas de los ligeros pasos en busca de nuevos caminos.
En lo que va de año solo ha firmado una hipoteca en su oficina, no tienen en el corto plazo ninguna en marcha y las pocas que se solicitan tienen que huir por la negación en algunas de las cláusulas que le exigen desde la central.
Toda vivienda debe estar tasada y el banco solo entrega el 80% como mucho, del precio más bajo entre tasación y precio de compra. Los tasadores ahora van a la baja, sin saber qué precio poner a los activos que analizan pues no saben el valor real de algo que nadie quiere comprar.
Mientras tanto la mayoría de los vendedores siguen pidiendo por sus viviendas un precio muy alto, como si la crisis nunca hubiera existido. Y no logran vender, claro. Y los bancos están sacando al mercado las viviendas de peor calidad o situación en espera de que se clarifique la situación. ¿Alguien tiene ganas de resolver esta situación de crisis?, creo que todos están viviendo de las rentas de anteriores años y dejan para más adelante las soluciones, fastidiando a los que han pillado con el paso cambiado.
Mientras tanto en las grandes ciudades ya hay miles de inmigrantes que no pueden pagar sus nuevas hipotecas. Forman una bolsa de desempleo tremenda y nueva, pues tienen la opción de irse a su país, algo que todavía no han decidido. No es positivo que se vayan los que tenían trabajo y ahora tienen deudas. Todo esto me dijo.