Marcelino Iglesias dice hoy en Heraldo de Aragón que no se cierran a un acuerdo con CHA e IU. Pero le dedica a esta posibilidad media docena contadas de palabras. Si yo fuera CHA o IU le mandaría un recado envenenado por sobrado.
El PSOE aragonés, y junto a él todo el PSOE nacional, va a sufrir un palo tremendo el 22M y lo saben con claridad. Pueden perder casi todas las comunidades autónomas y todas (o casi) las ciudades de más de 100.000 habitantes. La debacle puede ser brutal y no están como para decir que no a las pocas posibilidades que tienen. Así que un poco más de respeto a las formaciones de izquierdas en Aragón no estaría mal, más siendo un partido que dice llamarse socialista y obrero.
Marcelino Iglesias ha tenido que apuntarse a Huesca por si es tanta la caída que necesita estar el menos en las Cortes de Aragón, gestionando en la sombra una oposición dura y complicada en donde se pondrá en cuestión todo el trabajo hecho hasta ahora por el PSOE. Pero sobre todo sabe que le quedan meses muy complicados y que perder territorios es muy malo, pero demostrar a la izquierda social del Estado que sigue deseando hacer políticas de derechas es peor. Necesita desmarcarse del PP que dice hará una política centrada, pues está muy cerca de sus planteamientos, luego veremos deambular al PSOE en busca de su izquierda natural en los próximos meses anterior a las Generales. Aunque creo que se les ha olvidado cómo se es de izquierdas.