Un atentado en la plaza Yemaa el Fna de Marraquech ha causado al menos 14 muertos, en un ataque dirigido principalmente contra los intereses turísticos de esta bella ciudad marroquí.
Perderse por la plaza Yemaa el Fna es retroceder varios siglos en la historia. Entrar en el zoco que desemboca en una de sus esquinas es soñar con cuentos y revivir marcados orientales casi de la Edad Media.
Los turistas se manejan por las calles más céntricas del zoco, pero hay muchas otras posibilidades si se tiene un poco más de atrevimiento o si se cuenta con un guía particular, que te puede llevar por sus propias casas, por las terrazas de sus hogares y así ver el conjunto de toda aquella zona o la de perderte por pequeñas fábricas de artesanía, panaderías o tejidos que existen un poco más apartados de las calles más turísticas. Y no hablo de la zona de los curtidores, auténtica zona turística si simplemente se ve de refilón, pero un lugar casi imposible si se logra ver desde dentro de los locales, entrando con los nativos a ver cómo realizan sus labores en todas sus fases.
No es complicado, no lo era hace pocos años, lograr que ellos se abrieran si contabas con gente de la ciudad que te llevaba por los lugares algo más escondidos y no demostrabas un espíritu crítico sino comprensivo y participativo.
Un atentado terrorista previsiblemente, al corazón de la plaza Yemaa el Fna de Marraquech lo es a las necesidades de Marruecos para convertirse en un país democrático, aunque sea a una velocidad que nos parece a nosotros muy lenta. Pero los pasos se van dando y no es buena la violencia para nada.
En la imagen se puede ver al fondo el café restaurante sobre el que han atantado.