Como ya hay empresas especializadas en medir manifestantes, sabemos que en Madrid han acudido 8.050 personas a la manifestación del Primero de Mayo. No han contado a una señora mayor que iba un poco retrasada por su cojera, pero bueno, les perdonamos.
La gente no está ni para manifestaciones, lo cual es un buen síntoma de que esto está que arde. Ya ni quejarse sirve, así que esperan a que su cólera les invada más todavía el armario de la ropa y de las latas de sardinas con aceite, para armarse de valor y empezar a hostias limpias.
Pero Caldera nos ha dicho que lo de menos es el desempleo, que sí, es mucho; lo bueno de este gobierno es que da cobertura de subsistencia a todos. Equivocación de las gordas, pues aun siendo bastante cierto, la sociedad como tal necesita trabajo para realizarse y sobre todo para no irnos comiendo el poco remanente que tenemos como país. O resolvemos este drama con todas nuestras fuerzas o lo pagarán nuestros hijos y nietos. No es una broma que dure una década.