Estaba reflexionando —ejercicio que todos deberíamos hacer más a menudo—, cuando me ha entrado la pena al contemplar como la derecha política está muy unida toda ella abrazando a bancos y similares, mientras la izquierda actual deambula dividida y troceada por caminos broncos y bastos.
Creo que además de bobos somos imbéciles o al revés. El gran error de la izquierda es tener como adalid a un PSOE excesivamente grande, lo que impide cualquier fusión de ideas. Siempre se trataría de absorciones, que no es lo mismo ni mucho menos que las fusiones, y por aquí si que no pensamos entrar los que somos algo diferentes.
Una absorción es un abrazo del oso, un: —vente “pa cá” que ahora te organizo yo—; mientras que una fusión es una mezcla usando diferente proporción en donde todos salen impregnados del contenido con el que se juntan las partes.
La izquierda está rota y desunida, incluso gentes de izquierda en el poder tiene un único objetivo: poner zancadillas a otras gentes de izquierda que están en sillones colindantes. Es el cargo de fontaneros mejor recompensado. Nada como sentir que el enemigo es además colega y al que de ganarle lo restas.
Pero las ideas y la sensación de abandono a la gente de la calle es tremenda. No se trata de ofrecer una unión todavía más bipartidista, sino de facilitar los procesos para que las representatividades en los Parlamentos de todo tipo sean plurales y más iguales a la representación real que tienen.